por Ivonne Sánchez
Artículo publicado el 19/09/2008 Ultima reactualización 19/09/2008 11:18 TU
Con cuatro álbumes en su haber, Aquí, Bueninvento, Sí y Limón y sal, la cantautora mexicana Julieta Venegas se ha convertido en una estrella internacional. Una estrella que no se considera como tal y que ha conservado su sencillez de siempre. “Mis intenciones y mi búsqueda en la música nunca han cambiado desde que empecé. No puedo cambiar mis impulsos ni mi manera de ser y yo no quiero ser otro personaje. Simplemente soy la misma y no me adapto a ser una persona conocida”, explica esta artista nacida en Long Beach, California, Estados Unidos, el 24 de noviembre de 1970, pero que desde niña vivió en Tijuana, al norte de México.
A Julieta Venegas algunos la llaman La Milagrosa, tal vez por su rostro angelical y su carisma, los cuales le dan un brillo muy particular a sus actuaciones en público, cuando canta acompañándose siempre con su acordeón. No fue éste, sin embargo, su primer instrumento, ya que a los nueve años empezó a estudiar piano, mientras escuchaba en su casa las canciones para niños de Cri Cri y los corridos de Los Tigres del Norte. Después estudió también teoría musical, canto y violonchelo y se puso a componer cuando tenía quince años. Por esa época se integró en un conjunto de reggae y ska como tecladista, pero terminó por ser la cantante. Este primer grupo fue Chantaje, vino luego Tijuana No y, ya afincada en la capital mexicana, fundó Lula, mientras para sobrevivir impartía cursos de inglés. Su trabajo con este grupo duró sólo un año ya que decidió proseguir su carrera en solitario, para lo cual contó con la ayuda de la banda Café Tacuba. Así nació el álbum Aquí. Para el segundo, Bueninvento, colaboró con ella el célebre productor Gustavo Santaolalla: “Es un disco más duro, experimental, Me buscaba pero más rockeramente. Las letras eran melancólicas. Había en él rebeldía e inconformidad".
El tercer álbum, Sí, de tendencia mucho más pop, le abrió el camino hacia las grandes ventas, con más de medio millón de copias, y del reconocimiento, con diversos premios. En esta misma línea de búsqueda de la sencillez, entregó Limón y sal: “No tenía ganas de hacer canciones difíciles. Me gustan las canciones de José Alfredo Jiménez, que son muy sencillas, y yo me decía por qué no soy capaz como compositora de decir algo de manera sencilla". Se vendieron más de un millón de copias de este álbum que le valió a Julieta Venegas tres premios Grammy Latino.
Entrevistada: la cantautora mexicana Julieta Venegas.
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