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Crisis financiera

Progresa negociación en Congreso de EEUU

Artículo publicado el 28/09/2008 Ultima reactualización 28/09/2008 15:13 TU

La líder demócrata del Congreso Nancy Pelosi después de reunirse con el ministro de Finanzas Henry Paulson.Foto: Reuters

La líder demócrata del Congreso Nancy Pelosi después de reunirse con el ministro de Finanzas Henry Paulson.
Foto: Reuters

Al cabo de cuatro días de intensas negociaciones impulsadas por el presidente George Bush, líderes de los dos partidos, miembros de la oficina de la presidencia y el secretario del Tesoro anticiparon que se ha conseguido un acuerdo de principio sobre los lineamientos de un plan de rescate del sistema financiero. Los candidatos presidenciales John McCain y Barack Obama han contribuido con el esfuerzo de convencer a parlamentarios hostiles. Se espera que el plan pueda ser presentado al Congreso el lunes con el objetivo de tranquilizar a los mercados financieros.

El anuncio sobre el acuerdo alcanzado fue difundido en las primeras horas del domingo, poco antes de ser celebrado por la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, el secretario del Tesoro Henry Paulson y los principales dirigentes republicanos de la minoría demócrata del Senado y la Cámara de Representantes. De confirmarse el acuerdo, constituiría una victoria de las corrientes centristas en los dos partidos políticos, que enfrentan oposiciones internas en sus respectivas franjas más radicales. Es el caso en particular de parlamentarios republicanos conservadores que se niegan a implicar al Estado y a una considerable suma de dinero público para salvar instituciones financieras privadas que han sido dirigidas con negligencia e irresponsabilidad por sus dirigentes. En el campo demócrata, existen también voces disidentes que sostienen que el esfuerzo financiero debe dirigirse a las víctimas de las crisis, sobre todo, quienes han perdido sus viviendas en el marco de la crisis del crédito hipotecario que dio origen a la crisis financiera general. Frente a ellos, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke afirmó que en caso de que no se llegue a un acuerdo de rescate, la quiebra de las principales instituciones de Wall Street implicaría la pérdida de tres millones de puestos de trabajo durante los próximos seis meses. Por su parte, el presidente George Bush, quien convocó el jueves pasado a una reunión bipartidaria, enfatizó en su intervención semanal por radio que el plan no aspira a rescatar a “Wall Street sino a todas las calles…Tenemos que poner crédito a la disposición de empresas y consumidores reduciendo el riesgo planteado por haberes amenazados”.

El plan mantiene una cifra global de 700 mil millones de dólares dispuestos por el Estado para garantizar el funcionamiento de bancos e instituciones de crédito, pero impone límites al dinero destinado a remunerar a los dirigentes, al mismo tiempo que fija un calendario gradual de la entrega del dinero y refuerza el poder de un comité bipartidario de control.

Pese a las concesiones, algunos dirigentes han anticipado su voto negativo. Tal es el caso del Senador republicano Richard Shelby, presidente de la Comisión de Bancos del Senado, quien se ha declarado hostil al principio mismo de la intervención del Senado.

La presión para buscar una solución rápida aspira a favorecer el relance de los mercados financieros en Asia y Europa, afectados por las dificultades registradas en Estados Unidos.

Pero algunos analistas temen que la crisis estadounidense siga repercutiendo en instituciones financieras europeas, como es el caso del banco británico Bradford&Bingley, nacionalizado y el banco belgo-holandés Fortis, cuyas acciones sufrieron el viernes una caída de 20%.

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