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Crisis financiera

2009 será año moroso, según la OCDE

Artículo publicado el 25/11/2008 Ultima reactualización 25/11/2008 16:06 TU

La Organización de Cooperación y de Desarrollo Económico (OCDE) ha publicado sus perspectivas económicas para 2009/2010 en sus 30 países miembros. Las perspectivas no son buenas. Aparte de una recesión, éstas prevén un aumento exponencial del desempleo.

Klaus Schmidt-Hebbel presentando las perspectivas económicas de la OCDE©OCDE

Klaus Schmidt-Hebbel presentando las perspectivas económicas de la OCDE
©OCDE

El problema más álgido que afrontarán los países de la OCDE, por su carácter social y sus incidencias económicas, será sin duda el del desempleo. De 34 millones actualmente, los desempleados podrían pasar a 42 millones en 2010.

La causa de este aumento hay que buscarla en la crisis financiera y económica que asola en estos momentos al mundo. El próximo año, los principales indicadores económicos serán registrados en rojo. Así, el crecimiento... que se convertirá en decrecimiento: 0,4% en 2009. Habrá que esperar a 2010 para que la tendencia se revierta. El crecimiento alcanzaría entonces un modesto 1,5%.

La recesión afectará en particular a los países que han demostrado su fragilidad ante la crisis financiera o en los cuales el sector inmobiliario se ha venido abajo, arrastrado por los préstamos con tipo de interés variable. O sea, España, Hungría, Irlanda, Islandia, Luxemburgo, Gran Bretaña y Turquía.

La mala situación global repercutirá en las economías emergentes. Aunque las más importantes: China, Brasil, Rusia (que no forman parte de la OCDE) se salvarán de la recesión, su crecimiento económico sufrirá una desaceleración. Anotar que el Banco Mundial ha reajustado sus previsiones de crecimiento en China, bajándolas de un 9,5% a un 7,5% en 2009, por ejemplo.

Un indicador que no pasará al rojo es el de la inflación, que será mantenida bajo control, pero que en Japón se convertirá en deflación el año próximo.

Estas previsiones no salen de una bola de cristal y su confirmación, advierte el economista jefe de la OCDE, Klaus Schmidt-Hebbel, dependerá de "la velocidad con la que la crisis financiera -primer responsable de la desaceleración económica- sea superada".

En relación con los planes de reactivación económica, Schmidt-Hebbel emite dos observaciones dignas de ser relievadas. El economista jefe de la OCDE estima que la ayuda financiera debería limitarse a las empresas cuya existencia tiene una importancia sistémica. Y que, dada la amplitud planetaria de la crisis, su manejo por parte de los Gobiernos requiere de una coordinación internacional para evitar que se produzca un simple fenómeno, perverso, se podría decir, de desplazamiento de la crisis de un país a otro.

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