Francia

Sarkozy anuncia impuesto contra las emisiones de CO2

Artículo publicado el 10/09/2009 Ultima reactualización 10/09/2009  14:49 TU

El presidente francés Nicolas Sarkozy durante su intervención desde el departamento del Ain.
Foto: Reuters

Luego de semanas de viva polémica, el presidente francés Nicolas Sarkozy anunció la creación de una “ecotasa” de 17 euros por tonelada de dióxido de carbono. La llamada “tasa carbono” se aplicará a partir de 2010 y cuyo objetivo, según el gobierno, es incitar a los consumidores a reducir el consumo de energías fúsiles (petróleo, gasolina, gas o el carbón).

"Francia debe reforzar los impuestos sobre las actividades contaminantes y reducir los de la producción y el trabajo”, aseguró el mandatario francés durante un viaje al departamento del Ain (centro-este de Francia).

Nicolas Sarkozy desveló el jueves el monto de este nuevo gravamen: 17 euros por tonelada de dióxido de carbono emitido con la finalidad de frenar el aumento progresivo de las emisiones contaminantes. Finalmente, Sarkozy redujo casi a la mitad el precio de referencia que había sido recomendado por una conferencia de expertos (32 euros por tonelada).

Según explicó el mandatario, la nueva tasa, catalogada por él como una “revolución fiscal”, no debería tener impacto en las familias, ya que el aumento previsto de los precios de los combustibles fósiles será compensado con deducciones fiscales o “cheques verdes” para los ingresos más bajos. El nuevo impuesto no se aplicará al consumo de energía eléctrica, que en Francia es mayoritariamente de origen nuclear.

Previo a este anuncio de Sarkozy, el gobierno había declarado que esta “tasa carbono” no había sido concebida para llenar las arcas del Estado, en momentos de crisis económica mundial y de un preocupante déficit presupuestario para Francia. Pero muchos, en el partido oficialista y en la oposición, consideraron que este gravamen perjudicará a los pobres.

De su lado, la organización ecologista Greenpeace denunció que este impuesto no cambiará nada: una tasa de 17 euros, y sin un aumento bien definido, no logrará cambiar el comportamiento de la gente o de las empresas para que ahorren energía, según Greenpeace.