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Europa y la FINUL

Artículo publicado el 31/08/2006 Ultima actualización el 31/08/2006 12:41 TU

Los tanques Leclerc acompañan a los soldados franceses enviados al sur del Líbano en el marco de la Finul. Foto: AFP

Los tanques Leclerc acompañan a los soldados franceses enviados al sur del Líbano en el marco de la Finul.
Foto: AFP

Europa se enfrenta al desafío de dirigir la fuerza de paz de la ONU en el Líbano en una situacion de extrema tensión. Después de muchas dudas, los países de la unión han decidido convertirse en la columna vertebral de la Finul ampliada. Francia, con un contingente de 2 mil hombres, tomará el mando, y en febrero de 2007 pasará el relevo a Italia, que enviará a 3 mil soldados. En total, habrá 7 mil europeos en el sur del Libano y 30 países contribuirán a forman una fuerza que podrá tener hasta 15 mil hombres sobre el terreno.

Por primera vez, durante una reunión en Bruselas, la Unión Europea coordinó la intervención de los 25 en presencia del secretario general de la ONU, Kofi Annan.

Los países Mediterráneos han sido el motor de la nueva Finul: Francia, Italia y España harán las principales aportaciones en soldados y material. El gobierno británico, tradicionalmente presente en este tipo de operaciones, ha tenido que abstenerse: su alianza con Estados Unidos ha despertado una profunda hostilidad en el Líbano. En la práctica, británicos y estadounidenses han quedado excluidos de las operaciones de la ONU en los países árabes.

Pero el conjunto de los países que participan en la Finul es consciente de los peligros que les acechan. Con 30 años de existencia, esta fuerza bate el peor récord de muertes de Cascos Azules en el mundo: 249. Las últimas cuatro víctimas cayeron el pasado 25 de julio durante un ataque del ejército israelí.

A pesar de todo, en un país como Italia la opinión pública ha respaldado unánimemente a su gobierno.

Con Francia a la cabeza, los europeos han exigido aclaraciones acerca del mandato de la ONU para que no se repitan episodios como los de Bosnia, donde los Cascos Azules asistieron impotentes a una guerra que sólo terminó con los bombardeos de la OTAN contra Serbia. En este sentido, la definicion del "uso de la fuerza" es fundamental. Contrariamente a lo ocurrido en los Balcanes, la Finul podrá utilizar sus armas para defenderse, defender a la población civil y proteger al personal de la ONU. 

Muchos se preguntan si el Líbano no se convertirá en una trampa mortal para los europeos: atenazados entre israelíes y estadounidenses, que exigen que la Finul controle al Hezbolá, y los libaneses, que la consideran como un freno a la expansión israelí. Entre estas dos posturas, la Unión Europea, que sólo existe realmente en el plano económico, intentará imponer la estabilidad que necesita para asegurar la prosperidad del Mediterráneo.

La defensa común europea sigue siendo una utopía y será difícil que los 25 logren un día convertirse en una potencia militar. Sin embargo, la participacion en la Finul podría acelerar la transformación de la unión en un interlocutor indispensable en Oriente Medio, sin duda la zona más inestable del mundo en este inicio del siglo XXI.   

Entrevistados: Amadeo Altafaj, portavoz de Desarrollo y Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea; el editorialista Federico Giuglia; y Alain Joxe, experto en defensa y seguridad de la Escuela de Altos Estudios de París

Un espacio de Magdalena Martínez

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