En el Hôtel Le Marois ("hotel" se le llama en Francia a los palacetes privados), la casa Carven presentó su colección de Alta Costura en presencia de su creadora: Carmen Carven, quien cumplirá 97 años el 31 de agosto próximo, lanzó su “griffe” (marca) en 1945. El nombre prestigioso había desaparecido de los desfiles de Alta Costura hace cuatro años, resignándose a participar al margen de las presentaciones oficiales. El estilista Pascal Millet, que ha trabajo con  Alexander McQueen, para Givenchy, creando las colecciones de Prèt-à-Porter de Carven desde el 2001, ha tomado ahora dirección artística de la Alta Costura.

Como lo indica la tendencia para el próximo otoño-invierno 2006-2007, el color negro reina. El color verde, verde Carven, que la casa hizo mundialmente famoso, brilló por su ausencia. A decir verdad, la única que lo lucía discretamente sobre un conjunto blanco de falda y chaqueta, era la muy respetable y respetada Madame Carven.

Debajo de unos enormes sombreros, de copa clásica y ala descomunal, la silueta para el día es relativamente clásica. La falda derecha, las chaquetas, tanto cortas como largas, cubriendo la cadera, se apoyan decididamente sobre el cuerpo. Los detalles en la colección Carven son esenciales. Los cinturones son anchos, con hebillas tan exageradas como los sombreros. Nuevamente, rodeando la silueta, amplios lazos con monas muy estructuradas, contrastan con la sobriedad de las faldas rectas. Pascal Millet no escapó a la tendencia general, realzar los modelos con la riqueza de los bordados. Para la noche, Pascal Millet propone trajes largos, sin volumen, en los que, una vez más, el detalle, bordado por ejemplo, adquiere un valor fundamental.

Por Silvia Celi