Bajo la cúpula de vidrio del Grand Palais se escuchan saludos en todos los idiomas. De pronto, los fotógrafos acuden a un lugar preciso y comienzan a disparar sus flashes. Eso significa que alguien muy importante asiste al desfile de Chanel. A lo lejos, afinando la vista, se puede observar en primera fila a la Primera dama de Francia, Bernadette Chirac, con un conjunto rosado, seguramente Chanel, acompañada por Madame Pompidou, la viuda del ex presidente Georges Pompidou. Una tras otra van llegando personalidades del mundo del espectáculo: las actrices Vanesa Paradis y Sigourney Weaver, la cantante Victoria Beckham y Sean Lennon, hijo de John Lennon y Yoko Ono. Y, por supuesto, la nobleza representada por Charlotte Casiraghi, hija de la princesa Carolina de Mónaco, una de las clientas mas asiduas de Chanel. Pero a Karl Lagerfeld, a la cabeza de la prestigiosa firma francesa, le gusta la puntualidad así que, vestidos de negro, cuatro esbeltos caballeros salen y comienzan a quitar el tapiz transparente que protege la pasarela gris perla. Al mismo tiempo, se escuchan las primeras notas de la orquesta que acompaña durante todo el desfile a la cantante estadounidense Cat Power, quien abre el espectáculo.

Las jóvenes modelos avanzan sobre la pasarela. Perfectas, altas, delgadas. A pesar de su belleza, la vista se concentra de inmediato en los trajes que el director artístico de Chanel imaginó para la primavera-verano 2007. Según las propias palabras de Karl Lagerfeld, la elegancia veraniega tendrá una “fluidez vertical”.

En efecto: los trajes, muy cortos, tienen líneas rectas sin quitar la fluidez. Para el dia, vestidos en tweed, del largo de una chaqueta, con el talle alto, se llevarán en negro, azul marino, blanco. Para la noche, dominan también las líneas rectas, aunque en algunos modelos las faldas son amplias, largas, y muchas no alcanzan a rozar el tobillo.

Los textiles, de gran calidad, son livianos y lucen a menudo cintas de lamé, o encajes. Los tonos: negro, rosa, gris perla, están realzados con strass de distintos tamaños, y las telas están reforzadas con bordados de hilos de oro o con plumas. Todo ello presenta una colección de lujo acorde a la calidad de la firma. Los zapatos, plateados o dorados para la noche, se usarán bicolores blanco y negro para el dia.

Segundos después del paso de la última modelo, se abre una cortina inmensa. Karl Lagerfeld, majestuoso, sentado en medio de todas las modelos y de todo su equipo, se levanta y atraviesa la pasarela seguido por sus colaboradores. Una de las imágenes más lindas que pueden verse en el sofisticado mundo de la Alta Costura.

Por Silvia Celi