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Prêt-à-Porter Primavera-Verano 2008

Loewe y Gaultier en la pasarela

Artículo publicado el 05/10/2007 Ultima actualización el 05/10/2007 10:12 TU

Modelo de Jean-Paul Gaultier Prêt-à-porter primavera-verano 2008Foto: Reuters

Modelo de Jean-Paul Gaultier Prêt-à-porter primavera-verano 2008
Foto: Reuters

La casa española Loewe, con más de ciento sesenta años de existencia, desfila tradicionalmente en París y tiene boutique en la lujosa Avenida Montaigne. En el Couvent des Cordeliers, un edificio espléndido que data de la Edad Media, pudimos admirar la colección Primavera-Verano 2008, la última dirigida por el diseñador Enrique Oña Selfa, que se va de la firma.

La muestra empezó con modelos en toda la gama del color arena, un tono cálido, con sedas, con napa y el ante que es tan característico de Loewe. Luego continuó con estampados en fondo blanco y flores en azul eléctrico que brillaban bajo las luces. Como indican las tendencias hoy en día, había pantalones anchos o decididamente estrechos y las faldas eran muy ceñidas al cuerpo o al contrario, en burbuja, un estilo que vuelve con fuerza para la próxima temporada estival.

Uno de los modelos faro de la colección fue un vestido con estampado en flores bordado con perlas y strass.

Entre los asistentes se hallaban Dita Von Teese, muy fotografiada por la prensa, la princesa heredera de Bulgaria, Maria Gracia de la Rasilla y el duque de Lugo, esposo de la Infanta Elena, que es uno de los fieles de esta marca. En primera fila se encontraban también Delphine y Antoine Arnault hijos de Bernard Arnault, principal accionista del francés LVMH (Louis Vuitton-Möet Hennessy), propietario de Loewe y el grupo del lujo más importante del mundo .

Jean-Paul Gaultier se inspiró en la película “Piratas del Caribe”. El capitán Jack Sparrow estuvo personificado por bellas jovenzuelas, sin ojeras y sin diente de oro. Un traje todo negro parecía salido directamente del film, pero de inmediato las improvisadas Jack Sparrow se modernizaron gracias a textiles con estampados de camuflaje más adecuados para una película de la Segunda Guerra Mundial. Faldas en tul y corpiños las transformaron en piratas muy sensuales. De pronto, Gaultier recordó que la colección estaba destinada al período estival e introdujo el color. Rayas anaranjadas, estampados en tono celeste y, para terminar, una serie de novias vestidas de blanco dejaron el pudor entretelones para mostrar sus encantos a través de impúdicas transparencias de tul o encaje.

Por Silvia Celi

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