Artículo publicado el 04/08/2008 Ultima reactualización 04/08/2008 13:53 TU
Las autoridades chinas han condenado “un ataque terrorista” que atribuyen a movimientos separatistas de la región de Xinjiang, poblada mayoritariamente por musulmanes. La violencia es utilizada por el gobierno para justificar las rígidas medidas de seguridad, mientras que los defensores de los Derechos Humanos temen que se agrave la represión y se recorten más libertades.
El ataque se produjo durante las primeras horas del lunes, cuando un destacamento de guardias fronterizos practicaba gimnasia. Según la agencia oficial China Nueva, el puesto de aduanas de Kashgar (al oeste de Xinjiang, cerca de la frontera con Kirguistán) fue embestido por un camión del que bajaron dos individuos que lanzaron granadas antes de atacar a los agentes con armas blancas. Un total de 16 policías murieron y otros 16 han sido heridos. Según la policía local, los dos autores del ataque han sido detenidos, pero aun no hay precisiones sobre su identidad y sus motivaciones. Un portavoz de los exiliados de la etnia uigur, de confesión musulmana ha confirmado el ataque. La región montañosa de Xinjiang, en el noroeste de China, cuenta con 20 millones de habitantes, de los que 8 millones son uigur, ciudadanos chinos con una lengua materna de origen turco. Su superficie total es de 1.6 millones de kilómetros cuadrados, una sexta parte de la extensión total de China, que contiene en la cuenca de Tarim las más importantes reservas chinas de hidrocarburos. Xinjiang (“nueva frontera” en lengua china) fue anexada al Imperio chino en 1884.
Las autoridades chinas no han establecido ninguna conexión directa entre el atentado y la proximidad de los juegos olímpicos, mientras que el Comité Olímpico Internacional se ha abstenido de todo comentario, limitándose a reiterar su confianza en la capacidad de los organizadores. Aunque ha habido otros atentados en esta remota y potencialmente conflictiva región, de confirmarse las cifras de la policía, se trataría del atentado más mortífero producido en Xinjiang. Las autoridades chinas habían anticipado el riesgo de atentados separatistas islamistas en esa región, que el Partido Islamista de “Turkestán”,PIT, pretende “liberar” para integrar a una entidad autónoma, en la que se aplique la ley coránica. El PIT había amenazado con ataques durante la celebración de los Juegos.
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