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Crisis Económica

Ford, Chrysler y GM piden € 26.000 millones

Artículo publicado el 03/12/2008 Ultima reactualización 03/12/2008 15:09 TU

Fábrica General Motors en Alemania, afectada por la caída de las ventas.Foto: Reuters

Fábrica General Motors en Alemania, afectada por la caída de las ventas.
Foto: Reuters

Los tres principales constructores de automóviles de Estados Unidos han presentado al Congreso una cuantiosa solicitud de ayuda para evitar la quiebra de una industria crucial de la economía estadounidense. Ford, Chrysler y General Motors sufren las consecuencias de la brusca caída de las ventas. La mayoría demócrata del Congreso reclama estrategias viables y planes para producir automóviles que no dependan del petróleo.

El sector automotriz emplea en Estados Unidos  no menos de 5 millones de personas y aporta un porcentaje significativo de la riqueza nacional. En momentos en que la recesión reduce el consumo, la venta de autos se vuelve uno de los rubros que refleja con más rapidez y radicalidad la pérdida de poder adquisitivo y de confianza. El mes de noviembre ha arrojado resultados catastróficos para los tres grandes constructores, puesto que la caída de las ventas de autos nuevos evidencia un promedio de 37%. General Motors ha solicitado al Congreso la concesión de un crédito total de 12.000 millones de dólares, de los que cuatro deberían ser entregados en el curso de diciembre, para evitar la quiebra de una empresa emblemática del país. El director delegado de GM ha declarado: “Los primeros 4 millardos son cruciales y no tenemos un Plan B”. Por su parte, Ford ha solicitado un crédito provisional de 9.000 millones de dólares para reestructurar sus actividades. El plan presentado prevé la reducción del número de concesionarios, la anulación de las primas ofrecidas a los ejecutivos y el desarrollo de los vehículos eléctricos. El director general de Ford, Alan Mulally, se ha comprometido a reducir su salario a un dólar simbólico anual y a vender algunos de los aviones privados utilizados para el desplazamiento de los dirigentes del grupo. El presidente de Chrysler niega que su empresa corra el riesgo de la bancarrota, pero solicita un crédito provisional al Congreso de un monto de 7.000 millones de dólares.

La presidente de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi ha hecho saber que la ayuda será votada por el Congreso que se reserva el derecho de re-escribir los planes estratégicos de las empresas, para adaptarlos a criterios austeros y ecológicos.

El presidente electo Barack Obama ha criticado a los constructores por multiplicar sus modelos ostentosos e innecesariamente potentes y consumidores de carburante.

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