Artículo publicado el 27/01/2009 Ultima reactualización 27/01/2009 16:44 TU
La primera jornada de desfiles de Alta Costura fue un reflejo de lo que está viviendo el mundo. Por un lado, el poder económico puesto en evidencia por la casa Dior con una colección suntuosa.
Gracias al respaldo financiero que el grupo LVMH le aporta desde 1997, el gibraltareño John Galliano, director artístico de la firma, pudo una vez más darse el gusto de convertir en trajes sus distintas fuentes de inspiración. En esta ocasión, las encontró en las obras de pintores holandeses y flamencos y en el revés de las creaciones de Christian Dior, con el que, asegura Galliano, siempre se ha sentido identificado. Las 700 personas que asistieron a la presentación en el Museo Rodin, aplaudieron enérgicamente esta colección Primavera-Verano 2009 en la que se mezclan vestidos con faldas inmensas, dignos de admiración pero difícilmente ponibles aunque necesarios para el espectáculo, y prendas más estrechas, sobrias y estructuradas, probablemente destinadas a las clientas de Dior.
El otro lado de la medalla estuvo representado por las pequeñas casas de costura como la de Stéphane Rolland, quien defiende enérgicamente la Alta Costura a la francesa, es decir 100% artesanal, realizada con los mejores materiales y con gusto exquisito. Esos modistas mostraron ayer que lo más importante para trabajar es la pasión. Christophe Josse, otro diseñador francés, opina igual. Con pocos medios financieros, ambos ofrecieron propuestas refinadas y elegantes, dignas de la Alta Costura.
Por Silvia Celi, enviada especial
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