Artículo publicado el 12/03/2009 Ultima reactualización 12/03/2009 11:51 TU
Por muy selecta que sea la “lista negra”, integrada también por Mónaco y Andorra, el próspero principado de Liechtenstein no quería ver más su nombre asociado -desde el 2000- al grupo de estados “no cooperativos” en materia fiscal y judicial de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).
Por este motivo, el diminuto Estado alpino anunció este jueves que "reconoce" los estándares de la OCDE en materia de fiscalidad y transparencia, y dijo que está dispuesto a suscribir una serie de acuerdos bilaterales destinados a luchar contra la evasión y el fraude fiscales.
Liechtenstein, en el ojo de un vasto caso de fraude fiscal en febrero de 2008, dijo que está "dispuesto a participar aún más en los esfuerzos internacionales" de lucha contra el fraude fiscal, según una declaración gubernamental.
Con el fin de aplicar esa normativa, definida por el artículo 26 del modelo de convención fiscal de la OCDE sobre ingresos y fortuna, Liechtenstein dice que está dispuesta a firmar acuerdos bilaterales con sus socios.
En la práctica, Liechtenstein se compromete a comunicar, en caso de que se lo pidan autoridades extranjeras, informaciones sobre cuentas bancarias en caso de fraude y de evasión fiscal comprobada.
Por otro lado, la monarquía propone cobrar impuestos a las fortunas depositadas en sus cajas fuertes, ya sean fundaciones o trusts, en un esfuerzo de despenalizar a los titulares de cuentas y atraer así capitales de otros paraísos fiscales.
Sin embargo, y pese a la anunciada voluntad de mayor trasparenci, Liechtenstein indicó que no renunciaría al secreto bancario.
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