Artículo publicado el 09/06/2009 Ultima reactualización 09/06/2009 10:59 TU
Véronique Courjault, una madre de familia francesa de 41 años, que reconoció el asesinato de tres de sus hijos, dos cometidos en Seúl y en Francia, comparece a partir de este martes ante un tribunal en la ciudad de Tours. Courjault, podría ser condenada a cadena perpetua por estos crímenes. Sus abogados sostienen que Courjault sufre de una enfermedad mental poco conocida, la “negación de embarazo”, lo que le permitió ocultar sus tres embarazos a su esposo y la llevó a estrangular a los bebés poco después del parto.
El 23 de julio de 2006, el marido de Véronique Courjault, Jean-Louis, descubría los cuerpos congelados de dos bebés en el congelador de su casa en Seúl. Las investigaciones concluyeron posteriormente que Véronique había dado a luz a estos dos niños en el más estricto secreto, los estranguló y luego los congeló. Ni siquiera su marido se percató nunca de los embarazos y partos de su mujer.
La pareja negó en un principio “ser los padres” de esos niños hasta que las pruebas de ADN demostraron lo contrario.
Esto condujo a la mujer a reconocer tres infanticidios. El primero fue el asesinato de un recién nacido que Courjault había traído al mundo clandestinamente en 1999 en Charente-Maritime (Francia) y cuyos restos fueron incinerados y encontrados por la policía en la chimenea de la residencia familiar. Luego se produjeron los otros dos asesinatos de los bebés nacidos en septiembre de 2002 y diciembre de 2003 en Seúl, ciudad donde trabajaba como ingeniero Jean-Louis para una empresa americana.
Este caso, que se conoció como el de los “bebés congelados” causó gran conmoción en toda Francia y también en Corea.
Véronique Courjault podría ser condenada por estos crímenes a cadena perpetua. Pero la defensa de la mujer y las investigaciones psicológicas y psiquiátricas a las que se ha sometido Courjault revelan que la mujer podría sufrir de una patología poco estudiada hasta ahora: la negación de embarazo.
Un problema de salud pública, no un caso policial o judicial”
“Yo no los sentí moverse en mi cuerpo… Para mí esos niños nunca existieron”, confió Courjault a los psiquiatras que aseguran que éste es un “caso excepcional”.
En todo caso, este tema acaparará gran parte de los debates de este juicio, aunque para los especialistas esta patología sigue siendo un misterio médico.
“El cuerpo médico no conoce esta patología”, pues hay la confusión entre negación y ocultación, y “se refugia en la incredulidad”, explica el obstetra Israel Nisand del Hospital Universitario de Estrasburgo. “En la negación de embarazo hay un embarazo físico pero no psíquico”, agrega. “Es lo contrario al embarazo nervioso” (la mujer cree estar embaraza, incluso su vientre se engrosa, pero no hay feto).
Según los especialistas de este tipo de enfermedad, la mujer no tiene los síntomas típicos de un embarazo: no tiene náuseas, ni vómitos, no engorda, incluso tiene hemorragias que se confunden con las reglas).
“En la mayoría de los casos, la mujer descubre que está embaraza, cuando se le presenta el parto”, señala el Dr. Félix Navarro, quien preside la Asociación por el reconocimiento de la negación del embarazo.
“Por ello, el caso de Courjault es un problema de salud pública, y no un caso policial o judicial”, explica Navarro.
“Si hay negación, el niño no existe en la cabeza de la madre; así que para ella, no hay ni siquiera infanticidio. Hablar de infanticidio es, de hecho, inexacto. Lo correcto es hablar de ‘neonaticidio’: asesinato de un bebé durante las primeras 24 horas de vida. La madre está todavía conmocionada por el parto y por el embarazo. No tiene tiempo de apegarse al bebé, el olvido es más fácil. Aunque frecuentemente la historia se termina bien”, concluye Navarro.
En Francia, el fenómeno no es excepcional. Al menos 1.600 mujeres por año en Francia hacen una negación de embarazo, según Navarro.
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