Artículo publicado el 26/07/2009 Ultima reactualización 27/07/2009 06:57 TU
El presidente depuesto, Manuel Zelaya, habla a sus seguidores al llegar al pueblo fronterizo de Las Manos, el 25 de julio de 2009.
Foto: Reuters
Gesto de valentía para unos, show mediático para otros: el derrocado presidente hondureño pasó el sábado moviéndose por distintos puntos de la frontera nicaragüense con Honduras, tras fallar su segundo intento fallido por retornar a su país.
Tras haber anunciado que instalaría un campamento en la localidad fronteriza de Las Manos para organizar la resistencia, con apoyo de sus seguidores, para recuperar el poder del cual fue desplazado el 28 de junio, Zelaya decidió volver a Ocotal para pasar allí la noche.
"Estamos organizando la resistencia", indicó Zelaya durante un improvisado mitín en Las Manos, donde se quedó a unos 100 metros del límite fronterizo, y donde anunció a sus partidarios que se quedará el fin de semana en la zona y que establecerá allí un campamento.
La tensión aumentó el sábado en la frontera -donde unos 3.000 militares y policías resguardaban la zona, según dijo Radio Globo- luego que un hondureño apareció muerto en un camino rural y partidarios de Zelaya culparan del crimen a la Policía.
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Arias: Presencia de Zelaya en la frontera no ayuda
Por su parte, el presidente de Costa Rica y mediador en la crisis de Honduras, Oscar Arias, afirmó en una entrevista publicada este domingo por el diario El País que la presencia de Manuel Zelaya en la frontera con Nicaragua "no ayuda a la reconciliación" pero insistió en que cualquier acuerdo "pasa por restituirlo como presidente".
Arias negó que existan "intereses externos" en el conflicto hondureño, pero admitió que "hay muchos que lamentan la decisión de Zelaya de integrarse al ALBA y la influencia que este grupo tiene sobre él".
"Esa sigue siendo una preocupación todavía hoy, pero eso ni nada justifica el golpe de Estado", sostiene Arias, que califica de "poco originales" las críticas que hicieron a su mediación el presidente Chávez y el ex presidente cubano Fidel Castro.
Castro acusó a Arias de cumplir una tarea asignada por Estados Unidos para ganar tiempo para "auxiliar" a los golpistas de Honduras, y Chávez lo acusó de estar "repitiendo lo que le están ordenando del Departamento de Estado" estadounidense.
Zelaya se refirió el sábado a las declaraciones de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, que calificó de “irresponsable” el intento del presidente depuesto de cruzar la frontera.
“Yo creo que hay que darle la información correcta a ella, para que venga a ver lo que está pasando en Honduras y sus palabras sean para reclamar a los golpistas, no al pueblo heroico que está resistiendo", dijo.
Cúpula militar niega que se trate de un golpe de Estado
El general Romeo Vásquez, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas hondureñas, negó este sábado que el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya fuese un golpe de Estado y dijo que las autoridades civiles, y no los militares, gobiernan el país.
"Nosotros lo que hemos hecho en este caso (...) simplemente fue cumplir tres ordenes", dijo el jefe militar sobre la captura y expulsión del país de Zelaya el 28 de junio.
"No ha sido un golpe de Estado", agregó en declaraciones a Radio Globo, uno de los pocos medios hondureños que ha mantenido una línea editorial crítica al gobierno de facto de Roberto Micheletti.
"Somos una institución subordinada" al poder civil, dijo el general, aunque se negó a revelar quién había ordenado a los militares capturar y expulsar a Zelaya del país, aduciendo razones de "seguridad nacional".
Vásquez habló larga y serenamente con la radio e incluso dialogó con la esposa de Zelaya, Xiomara Castro, a quien ofreció un helicóptero para trasladarse a Nicaragua para reunirse con su marido.
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