Artículo publicado el 29/07/2009 Ultima reactualización 30/07/2009 07:35 TU
“Hemos tomado su feudo. Se dieron a la fuga, pero les estamos persiguiendo”, afirmó el coronel Ben Ahonotu, jefe de las operaciones militares en Maiduguri, en el noreste de Nigeria donde se han concentrado en las últimas horas los combates entre el ejército y los islamistas fundamentalistas.
Los enfrentamientos que han generado la ola de violencia con la escalofriante cifra de 300 muertos comenzaron el pasado domingo cuando un grupo de milicianos intentó asaltar una comisaría de policía para robar armas y municiones.
Las tropas lanzaron este martes una vasta ofensiva en esta ciudad, capital de Borno, donde se escondía el jefe de la milicia islamista Mohamed Yusuf. La secta de los llamados “talibanes” nigerianos, pretende liberar a la sociedad de la “inmoralidad” y se oponen a la educación occidental. La casa del líder espiritual de la milicia fue destruida por los bombardeos pero se sospecha que pudo huir a bordo de un vehículo.
La calma parece que vuelve a la ciudad, especialmente al barrio de Bayan donde se habían atrincherado los miembros de la secta. Fuentes policiales aseguran que unas 3.000 personas sobre todo de confesión cristiana se había refugiado en cuarteles.
Desde Brasil, donde se encuentra de visita oficial, el presidente nigeriano Umaru Yar’Adua no quiso hacer ningún comentario sobre la situación en su país.
Nigeria es el principal proveedor de petróleo de Brasil y durante esta visita Yar’Adua y Lula da Silva han firmado acuerdos en materia de energía, biotecnología y deportes.
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