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Burkina Faso: técnicas ancestrales para mejorar la producción

Artículo publicado el 15/12/2009 Ultima reactualización 15/12/2009  12:11 TU

Mathieu Ouedraogo (a la derecha) trabaja desde hace más de 30 años con los agricultores de Burkina Faso.  Foto : Ana Carolina Dani/RFI

Mathieu Ouedraogo (a la derecha) trabaja desde hace más de 30 años con los agricultores de Burkina Faso.
Foto : Ana Carolina Dani/RFI

Unos 130 kilómetros separan Uagadugú, la capital de Burkina Faso, de Goursy, pequeña población de unos mil habitantes en el norte del país. Allí se cultivan sobre todo cereales, cebada, maní, judías verdes. Ingenieros agrónomos intentan rescatar técnicas ancestrales a menudo olvidadas para mejorar el rendimiento de estos cultivos.

"En Burkina Faso, la tierra es muy roja pero poco fértil", explica Mathieu Ouédraogo, ingeniero agrónomo que se dedica a rescatar

Burkina Faso se sitúa en el Africa occidental.DR

Burkina Faso se sitúa en el Africa occidental.
DR

técnicas ancestrales con el fin de que los campesinos luchen más eficazmente contra la sequía y la degradación de sus tierras. Uno de estos métodos, conocido como "los cordones de piedra", consiste a dividir un terreno en varias curvas a diferentes niveles separándolas con barreras de piedra. Estas barreras funcionan como pequeños diques que evitan que el agua se disperse e irrigue mejor las tierras. "Cuando llega el agua, trae consigo las simientes. Una vez que se dispersan, favorecen la aparición de una vegetación importante. Como se trata de plantas locales, se adaptan bien al medio y no hace falta regarlas de manera continua".

Recolección de sorgo en el norte de Burkina Faso.Foto : Ana Carolina Dani/RFI

Recolección de sorgo en el norte de Burkina Faso.
Foto : Ana Carolina Dani/RFI

Ali Hosséni fue uno de los primeros campesinos locales en aceptar recurrir a esta técnica en su propiedad. Ali tiene unos 80 años y una salud de hierro. Nos dice que cuando era adolescente, los paisajes eran muy diferentes. "Había una fauna y una flora mucho más ricas. Pero a partir de los afos sesenta, todo empezó a cambiar. Las plantas y los animales empezaron a desaparecer". Ali recuerda sobre todo un árbol a cuya sombra dejaba su bicicleta antes de ir a trabajar el campo. Hoy, 26 años después de haber introducido esta técnica, Ali consigue plantar cebada, maní y judías verdes. Los animales salvajes no han vuelto pero la vegetación se recupera y la calidad de las tierras ha mejorado. Gracias a todas estas mejorías, Ali consigue alimentar a su familia. "Ya no pasamos hambre", nos explica.

Diez mil agujeros por hectárea

En Burkina Faso, otra técnica ancestral está siendo utilizada eficazmente para luchar contra las consecuencias de la sequía, el "zaï". Para descubrirla, hay que viajar hasta la región de Guié, al sur de Uagadugú. Amos Bonkoungou administra allí desde hace veinte años una granja con la ayuda de AZN. Se trata de una asociación creada por un francés, Henri Girard, que reside en Burkina Faso desde hace tres décadas. el Zaï consiste en hacer agujeros en la tierra antes de la llegada de las lluvias y a recubrirlos con abono orgánico. Eso sí, hace falta hacer 10.000 agujeros por hectárea para que el resultado sea interesante. "Cuando llueve, el agua se introduce en los agujeros y las plantas pueden desarrollarse más fácilmente. Se vuelven incluso más resistentes. E incluso si no llueve durante varias semanas, consiguen seguir creciendo".

Un reportaje de Ana Carolina Dani en Burkina Faso

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