Cumbre del G20

Europa-EEUU, acuerdos y desacuerdos

Artículo publicado el 01/04/2009 Ultima reactualización 01/04/2009 11:36 TU

Los países europeos esperan lograr resultados concretos para la regulación del sistema financiero mundial.
Foto: Reuters

Los dirigentes de las 20 principales economías mundiales se reúnen el jueves para una cumbre histórica en la que se esperan dictar nuevas reglas para el capitalismo. Estados Unidos y los países europeos están de acuerdo en numerosos puntos, pero divergencias fundamentales persisten sobre las medidas para salir de la crisis.

“Esta reunión reflejará los numerosos puntos en común que tenemos los líderes que participarán en esta cumbre”, declaró el miércoles Barack Obama en rueda de prensa conjunta con el primer ministro Gordon Brown en Londres.

Efectivamente, los países del G20 habrían obtenido varios acuerdos para enfrentar la crisis, incluso antes de que la reunión tenga lugar. Pero el tratamiento que se preconiza en ambos lados del Atlántico diverge en varios puntos.

Estados Unidos espera alcanzar un acuerdo para un plan internacional de estímulo coordinado a través del cual los países se comprometan a invertir más dinero público para reanimar la economía y ayudar a las instituciones y empresas en dificultad. Washington espera con esto evitar una recesión similar a la conocida en 1929 incluso si la receta significa un agravamiento de la deuda abisal del país.

Hasta ahora, el G20 concuerda en un plan de reactivación cuyo monto se estima en 2,5 billones de dólares en los próximos dos años, es decir, el 2% del PIB mundial, suma conforme a lo exigido por el FMI. Los países que puedan ofrecer más dinero podrán hacerlo. Si la crisis se prolonga, otros planes podrían decidirse sobre todo en China o Japón.

Francia y Alemania consideran fundamental una mayor regulación del sistema financiero mundial. Los países europeos esperan vigilar y reglamentar productos como los fondos especulativos (hedge funds), cuya quiebra ha provocado el derrumbe de numerosos bancos. Estados Unidos estaría de acuerdo en mencionar esta regulación en el comunicado del G20, pero espera tener un margen de maniobra sobre las normas futuras. En todo caso, la idea de una instancia supranacional de regulación financiera ha sido abandonada. Los Estados estarán a cargo de la vigilancia y la regulación de sus propias plazas financieras.

El G20 logró un consenso sobre una baja en las tasas de interés de los bancos centrales que será mantenida al nivel más bajo posible el tiempo que sea necesario para favorecer la demanda.

Se espera asímismo que el G20 anuncie una ayuda al desarrollo. El grupo debería anunciar un “refuerzo substancial de los préstamos a los bancos que se ocupan del desarrollo” y de “la ayuda a los países pobres, los más afectados por la crisis”. Queda por saber cuál será el monto de esta ayuda, mientras que el Banco Mundial estima en 700 millardos de dólares las necesidades de financiamiento no satisfechas para los países en vías de desarrollo.

El G20 está de acuerdo en duplicar los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ascienden actualmente a 250 millardos de dólares. Japón y la Unión Europea prometieron ya 100 millardos de dólares de ayuda suplementaria.

El G20 reiterará la necesidad de luchar contra el proteccionismo. Desde la última reunión, en noviembre pasado en Washington, 17 de los 20 países del grupo han tomado medidas proteccionistas, según el Banco Mundial, incluso si algunas de estas medidas han tenido alcances limitados. Frente a una contracción sin precedente del comercio mundial, el Banco Mundial desea crear un fondo de apoyo dotado de entre 50 y 100 millardos de dólares.

Otras negociaciones están en curso. El principio de una lista negra y de sanciones contra los paraísos fiscales es uno de los temas de mayor discordia. Los países europeos desean obtener la publicación de tres listas: los paraísos fiscales; los países que no respetan las normas anti blanqueamiento; y aquellos que no cooperen en materia de delitos financieros. Estados Unidos prefiere sólo endurecer el tono en materia de fraude fiscal.