Artículo publicado el 01/04/2008 Ultima actualización el 01/04/2008 10:26 TU
Partidarios del opositor MDC celebran la victoria antes de que sean anunciados los resultados oficiales.
©Reuters
Zimbabue continúa en compás de espera. Tres días después de las elecciones generales, aún no se sabe si el presidente saliente, Robert Mugabe, en el poder desde hace 28 años, repetirá mandato o será Morgan Tsvangirai, candidato presidencial del Movimiento para el Cambio Democrático (MDC) quien será elegido. El recuento se está destilando a cuentagotas, provocando así recelo en las filas de la oposición, que ya denuncian un fraude. El MDC clama victoria con el 60% de los votos, mientras que algunos organismos independientes vaticinan una segunda vuelta.
La Comisión Electoral de Zimbabue no ha dado ningún resultado, ni siquiera parcial, de los comicios presidenciales. Una coalición de asociaciones civiles da como vencedor al opositor Movimiento para el Cambio Democrático con el 49,4% de los votos frente a los 41,8% de Mugabe. Unos resultados que obligarían a celebrar una segunda vuelta, ya que según la ley electoral el vencedor debe conseguir más del 50% de los sufragios.
En las legislativas, el Movimiento para el Cambio Democrático aparece con una ligera ventaja. El parlamento cuenta con 210 escaños, de los cuales, por ahora, 56 los ocuparían diputados opositores y 53, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (Zanu-PF), del octogenario Robert Mugabe.
El presidente ya ha advertido a la oposición de forma contundente de que cualquier intento de proclamación de victoria sin resultados oficiales definitivos será considerado como un golpe de Estado. Las fuerzas del orden están en alerta máxima. Este mismo lunes, el Gobierno optó por el despliegue policial en las afueras de Harare, la capital, una zona favorable a la oposición. El Gobierno teme que se produzcan brotes de violencia como ocurrió en Kenia en diciembre tras unas elecciones muy controvertidas. Esta mañana se formaron filas interminables en las puertas de los quioscos y la población comienza a estar ansiosa por conocer los resultados.
A la impaciencia y la tensión crecientes en el país, se añade el sentimiento de un riesgo alto de fraude. A pesar de que Mugabe ha desmentido cualquier maniobra para amañar los resultados, el portavoz del opositor MDC no duda en hablar de proceso electoral más que sospechoso: "claramente está pasando algo extraño. El proceso en su totalidad es inaceptable", denuncia Nelson Chamisa.
La comunidad internacional presiona a Harare para que publique cuanto antes los resultados, al menos de las elecciones presidenciales. Siete cancilleres de la Unión Europea, entre ellos Francia, España, Reino Unido e Italia, reunidos en París, pidieron a la Comisión Electoral de Zimbabue que acelere el proceso de recuento, ya que "el futuro del pueblo de Zimbabue depende de la credibilidad y de la transparencia del proceso electoral", reza el comunicado de los cancilleres. Estados Unidos ya había expresado su malestar por la lentitud del proceso.
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