Colección otoño-invierno 2006/07 de Loewe
(Foto: Silvia Celi/RFI)

Loewe brilla en su 160° aniversario. El Palacio Chaillot, en la Plaza de Trocadero, fue el marco elegido nuevamente por la firma de lujo española más conocida en el ámbito internacional. José Enrique Oña Selfa, su director artístico, se ha inspirado en una mujer muy femenina, dando gran importancia al cuero negro que destaca las formas de la silueta. En esta ocasión, la napa 7000, la más fina del mundo, la que utiliza Loewe, se transforma a la vista en tela brillante. Las carteras están presentes en su colección invernal: el modelo Amazona, el más emblemático de la casa, se revela el elemento indispensable, y del mismo color que las prendas. Un toque taurino llega en dos propuestas color mostaza, un jersey y una mini falda. El cuero también está presente en chaquetas entalladas, y los zapatos son de tacón alto y negro brillante. 

Los primeros modelos, en la pasarela del Carrusel del Louvre, nos llevan a los inicios de Jean-Louis Scherrer, en 1962, fecha en la que creó su casa de costura. Su primer desfile, en la cava de un comerciante de vinos anunciaba un estilo clásico que Stéphane Rolland, su director artístico desde 1997, interpreta a la perfección. Conjuntos de líneas rectas que estilizan la figura, con una predominancia del blanco. Chaquetas de corte smoking, bordadas con lentejuelas negras. Para el frío, chaquetas y abrigos con cuellos y puños en piel, a menudo de zorro. Rolland continúa el espíritu Scherrer con los trajes de noche, largos, holgados, estampados, que marcan la figura justo por debajo del busto. Es un estilo años 60 refinado en el que sobresalen joyas enormes, uno de los signos que caracterizan la personalidad de ese costurero a quien una caída frustró el sueño de ser bailarín.

Por Silvia Celi