Cacharel es un pájaro autóctono de la Camarga, región del sureste de Francia, conocida por sus caballos, sus toros, sus salinas y su fauna ornitológica. Cacharel fue el nombre que escogió Jean Bousquet, en 1962, para bautizar una empresa de prèt-à-porter que alcanzó rápidamente fama internacional. Entre otras cosas, esta marca logró que los hombres llevaran corbatas con pequeñas flores, el Liberty, estampado emblemático de Cacharel.

Para introducir la colección otoño-invierno 2006-2007 en el Carrusel del Louvre, los directores artísticos de la firma, Clements y Ribeiro, escogieron otro estampado, el Honey Suckle, creación de Petra Borner.  Se puede ser divinamente elegante sin saber la traducción de lo que se ha bautizado como Honey Suckle.  En todo caso, es un estampado basado en una planta que se utiliza para cercar los jardines.

Primera creación: un modelo corto que da aire de niña bien educada.  En realidad, toda la colección es así. Incluso en los pocos trajes que tienen alguna que otra transparencia, como un modelo de estampado negro, ceñido en la cintura y que combina elegancia y  sensualidad... ¡Pero con mucho pudor!

Clements y Ribeiro proponen estampados con motivos más modernos, pero también telas unicolores, como el dorado en una falda o algunos abrigos con tonos vivos. La chica Cacharel no le teme a las pieles, que lleva con discreción alrededor del cuello o en la cabeza en forma de vinchas o cintillos anchos con formas, como en los años 40 -50.  Los trajes y los abrigos son cortos. Las chaquetas “évasées”, ocultan la cintura. Las mangas son tres cuartos y amplias. Los guantes, largos, protegerán los brazos. La silueta Cacharel muestra la rodilla. Una colección elegante, discreta y muy cómoda.

En el Fouquet’s, mítico restaurante parisino que colinda con los Campos Elíseos y la Avenida George V, el surcoreano Enzuvan propuso un estilo opuesto al de Cacharel. La colección es totalmente gótica. Como se debe en la filosofía de los góticos, el negro es el color dominante. Capas, faldas, largas en su mayoría, estrechas, con cortes rectos, son suavizadas por pequeños sombreros de inspiración victoriana. Para los hombres, pantalones muy ajustados al cuerpo o de estilo sarouel ( pantalon de harén o turcos). 

Por Silvia Celi