El 3 de octubre de 2005 se abrieron las negociaciones para la adhesión de Turquía a la Unión Europea. 2009 es el Año de Turquía en Francia y en París la Universidad de Todos los Saberes ha dedicado una serie de conferencias al presente y el futuro de este país que se sitúa a caballo entre Oriente y Occidente, entre el cristianismo y el Islam. El próximo año Estambul será la capital europea de la cultura ya que forma parte desde el principio del Consejo de Europa. Thomas Murat Erdeniz, de la asociación Elele de Migraciones y Cultura de Turquía en París, precisa: “Desde su fundación, Turquía se orienta hacia Europa. La fundación del país corresponde con el ideal de Mustafá Kemal Atatürk que era crear un país occidental. La Turquía republicana, sobre todo, se fundó sobre las bases de la Revolución Francesa, sobre la noción de estado-nación y la de ciudadanía, pero eso no significa que no hayamos tenido problemas.”

Estos problemas son el fondo de los tres desafíos a los que se enfrenta actualmente Turquía en relación a la Unión Europea, como lo señala el filósofo Yves Michaud, director de la Universidad de Todos los Saberes: el primero es la religión: conciliar el Islam con la democracia; el segundo es la propia democracia turca, que tiene una base autoritaria, y el tercero es la política internacional, ya que tiene conflictos con Grecia, que se materializa en el caso de Chipre, y contacto territorial directo con Irak y los países del Cáucaso. Asli Ocal, investigadora turca del Instituto de Estudios Sociales Avanzados de Córdoba, España, añade que otro problema es el sistema jurídico que se basa en la Constitución de 1982, que fue aprobada bajo la junta militar y tiene cláusulas antidemocráticas. “A pesar de las enmiendas que se han hecho es necesario elaborar una nueva Constitución que integre la pluralidad sociopolítica de Turquía.”

Asli Ocal destaca además, que si bien en Turquía existe una creación artística sumamente innovadora, se condena a periodistas y escritores aplicándoles un artículo del Código Penal sobre el insulto a la identidad turca, lo cual es un límite evidente a la libertad de expresión. Igualmente, precisa la investigadora, hay un problema relacionado con los derechos de la mujer. “Según un informe de la ONU, Turquía es el país 101 entre 109, en cuanto a la participación de la mujer en la vida económica y política. La situación es lamentable en cuanto a la igualdad de la mujer pese a que Turquía fue uno de los primeros países que dio el derecho de voto a las mujeres, en los años treinta.”

Sin embargo, Turquía presenta aspectos muy positivos para su integración en la Unión Europea. Thomas Murat Erdeniz explica: “Desde el punto de vista económico es un país más rico que Bulgaria y Rumania, que ya forman parte de la UE. Turquía ya estaba abierta al mercado capitalista y desde que es candidata a la adhesión hay un dinamismo sobre todo a nivel de derechos humanos, del reconocimiento de los derechos de las minorías, por ejemplo, los kurdos, quienes pueden ahora expresarse en su idioma, lo que hace años era imposible.”

Entrevistados: Yves Michaud, filósofo; Asli Ocal, investigadora del Instituto de Estudios Avanzados de Córdona, España; Richard Young, director de investigación del Fride; Thomas Murat Erdeniz, de la asociación Elele de Migraciones y Culturas de Turquía, y Serap Atan, de la Tusiada, la patronal turca en París