Cada año, a partir de noviembre, unos 25.000 braceros provenientes de Haití o de origen haitiano participan en la zafra y viven en unos conjuntos de cabañas llamados bateyes. Según los historiadores, esa migración empezó a principios del siglo XX y continúa hasta ahora en condiciones infrahumanas, como lo ha denunciado en París un evento titulado Esclavos en el paraíso. La muestra incluía una exposición de fotos tomadas en 2005 por la francoperuana Céline Anaya Gautier, proyecciones de documentales y un coloquio internacional que contó con la participación, entre otros, del sacerdote belga Pierre Ruquoy, que vivió en bateyes durante 30 años, el geógrafo haitiano Jean-Marie Théodat y la abogada dominicana Noemí Méndez. "Hace unos veinte años encontré trabajadores haitianos, picadores de caña, encadenados y hombres a caballo con escopetas dirigidas hacia ellos. Ahora ya no hay esas cadenas visibles, ahora son invisibles pero siguen presentes", señala Pierre Ruquoy.

El evento parisino y, sobre todo, la utilización del término "esclavos" para calificar a los braceros haitianos en los cañaverales dominicanos ha desatado una viva polémica. Las autoridades de la República Dominicana consideran que el evento es un insulto a su país, razón por la cual la Cámara de Diputados ha votado un texto que denuncia "una campaña de difamación". El diputado Víctor Bisono precisa: "Es un trabajo que se hace a voluntad, como en muchos otros países del mundo". Y la abogada Noemí Méndez subraya que "desde hace dos o tres años, a los braceros se les paga en efectivo y los trabajadores comienzan a tener conocimiento de sus derechos laborales. Si hay violación de esos derechos pueden hacer reclamos".

Entrevistados: el sacerdote belga Pierre Ruquoy; el geógrafo haitiano Jean-Marie Théodat; la fotógrafa francoperuana Céline Anaya Gautier; el padre Hartley, de origen español; el diputado dominicano Víctor Bisono, y la abogada dominicana Noemí Méndez.

Un programa de Véronique Gaymard      Realización: Pilar Pérez