por Hernán Rivera Mejía
Artículo publicado el 29/10/2009 Ultima reactualización 29/10/2009 16:08 TU
“¿Quién soy? ¿Soy mis lecturas? ¿Mis palabras? ¿O el olvido de mis lecturas y mis palabras?”, se pregunta la escritora argentina Luisa Futoransky en Sequana Barrosa. Este libro de poesía y otros como Babel, Babel, París desvelos y quebrantos, además de obras en prosa como Son cuentos chinos, De Pe a Pa, Pelos, Lunas de miel y Formosa, constituyen la bibliografía de esta hija de inmigrantes judíos, nacida en Buenos Aires, en 1939.
En su juventud, Luisa Futoransky, obligada por sus padres, estudió piano, peritaje mercantil y derecho, e incluso se graduó de abogada. De la infancia ella recuerda que en la clase de moral se ponía a judíos, anarquistas, evangelistas y espiritistas: “éramos los apestados de la escuela”, dice. Y evoca luego que en su familia nunca hubo escritores ni artistas: “es un misterio de dónde viene mi vocación. Yo a los 14 años ya me consideraba escritora”.
Luisa Futoransky vive en París desde 1979. “A Francia no esperaba venir y menos quedarme, no sabía la lengua y aquí estoy todavía, no sé por qué”. Como no sabe tampoco cómo es que se fue a enseñar ópera en Japón y a trabajar en la radio y televisión internacional de ese país. Se quedó cinco años: “me fui y perdí la única vez en que tuve seguridad real, pero si no lo hacía no volvía a escribir nunca". Más tarde, pasó un periodo de su vida en China.
Además de la literatura, a Luisa Futoransky le apasiona la radio. Siendo muy joven trabajó en una radio municipal argentina, luego lo hizo en Japón y ya en Francia ha colaborado con la cadena estatal Radio France. “La radio me permite ser yo y no saber, cuando soy yo, ante quién soy yo. Yo presupongo que mi oyente no me juzga y eso me da mucha alegría”, explica.
A esta escritora que no se lamenta por no tener hijos ni propiedades, no le gusta compartimentar la literatura en géneros. “Yo soy escritora” -dice- “y lo que sale, sale". Según afirma, en su escritura da cuenta de las voces que la habitan, pero no por ello sus obras son necesariamente autobiográficas. “Laura Falena fue un personaje que creé con parte de mi melancolía, mi mirada, mis alegrías, dolores y tristezas. A través de Laura traté de explicar qué es ser poeta suelto por el mundo con sus particulares agravantes: mujer mayor, pobre, judía, argentina y sola”, escribe Luisa Futoransky en De Pe a Pa.
Aunque la poeta no cultiva la melancolía ni la nostalgia, sí se lamenta por algunos hechos que han marcado su vida. “El mundo entero está lleno de manchas indelebles de injusticia. Lamento que mi país haya conocido la dictadura que conoció y tantos muertos, tanto desencanto irrecuperable, y que nuestras ideas de justicia hayan pasado a ser el más remoto estado de utopía".
Entrevistada: la escritora argentina residente en Francia, Luisa Futoransky
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