por Ivonne Sánchez
Artículo publicado el 03/04/2009 Ultima reactualización 03/04/2009 14:17 TU
Hoy en día Mario García Torres es uno de los artistas latinoamericanos con mayor presencia a nivel internacional, ya que obras suyas han sido exhibidas tanto en la célebre galería Tate Modern de Londres, como en el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid y el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago. Nacido en 1975, en Monclova, una ciudad pequeña del estado de Coahuila, en el norte de México, García Torres participó además en la sección oficial de la Bienal de Venecia en 2007. Al empezar 2008 una obra suya, titulada Il aurait bien pu le promettre aussi (Él también podría haberlo prometido), fue expuesta en París en la Galeria Nacional del Jeu de Paume, dedicada al arte fotográfico.
El interés de Mario García Torres por el arte empezó muy joven, cuando acompañaba a su madre que era guía en el museo de su ciudad natal. Luego, hizo la licenciatura de arte en Monterrey. “Estando en la escuela me di cuenta de que estaba entrando en algo que implicaba mucho trabajo intelectual. La escuela me decepcionó pero había una biblioteca donde tuve acceso a mucha información.” Ya con las ideas más claras y en búsqueda de maestros muy precisos decidió continuar su formación en el Instituto de Artes de Calfornia -la CalArts, como suele llamársele-, donde realizó su primera obra de arte conceptual: Lo que pasa en Halifax queda en Halifax, un diaporama de 36 fotos donde rememora un momento de este tipo de arte. Con esta obra y otra titulada Carta abierta al Dr. Atl, un filme en super-8 y con subtítulos, participó en la Bienal de Venecia. García Torres explica: “esta obra es importante para mí porque uso subtítulos y una retórica emocional para generar un tipo de crítica y de cuestionamiento sobre las instituciones del arte y la manera en que el arte circula y funciona, y sobre las implicaciones de hacer arte. Este trabajo tenía que ver con una respuesta a la intención del Museo Guggenheim de establecer una sucursal en México. Lo que quise hacer fue de alguna manera generar un tipo de documental sobre algo que todavía no existía y que podía cuestionar si esa iniciativa debía estar ahí o no.”
La curadora María Inés Rodríguez, que invitó a García Torres a exponer en el Jeu de Paume de París, señala que se trata de un artista que podría ser calificado de post minimalista: “Su trabajo generalmente se basa en algunas piezas críticas de artistas conceptuales que no fueron terminadas o que existían sólo como un rumor o que nunca fueron hechas. Él las toma como una partitura musical, las reinterpreta y crea una nueva narrativa a partir de esas piezas que toma como base. Es como lo que hace Vila Matas en literatura.”
¿Tiene su obra un sello personal? García Torres responde: “Me he esforzado en que mi obra no tenga un sello, que no haya un estilo. Eso corresponde a un tipo de artista bohemio que se supone que genera un estilo personal. Para mí es exactamente lo contrario: cada proyecto que empiezo tiene que ver con cuestionarme a mí mismo y con mantenerme siempre al límite de las cosas. Así cada proyecto se convierte en algo completamente diferente. Y recién al final hay cosas que los ponen juntos, porque los he hecho yo y tienen que ver con mis propias experiencias y mis intereses.”
Entrevistados: el artista conceptual mexicano Mario García Torres y la curadora María Inés Rodríguez.
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