por José Rosas
Artículo publicado el 16/12/2009 Ultima reactualización 16/12/2009 15:10 TU
“Citámbulos es un neologismo que acuñamos nosotros para nombrar lo que estábamos haciendo: deambular por una ciudad. Alguien que recorre la ciudad de día, de noche, en las horas pico, en la hora azul, con diferentes medios de transporte. Y nos pareció que citámbulos, que viene de ciudad y de deambular, podía funcionar para nombrarnos. Todos tenemos un citámbulo dentro”, explica la filóloga Valentina Rojas Loa, integrante del equipo que ha realizado el libro Citámbulos, el transcurrir de lo insólito. Guía de asombros de la Ciudad de México y las exposiciones Citámbulos México City, en el Centro Alemán de Arquitectura de Berlín, y Citámbulos: un viaje a través del espejo, en el Museo Nacional de Antropología de México. “La Ciudad de México está todo el tiempo interpelando, es difícil que te sea independiente”, añade la matemática Ana Álvarez, otra citámbula.
Para la exposición se convocó a 120 personas, arquitectos, urbanistas y artistas, para explorar los problemas más importantes de la ciudad: desbordamiento, explosión demográfica, manejo de agua potable y de aguas negras, basura, etcétera. Y para hacerlo recurren a los cinco sentidos, lo cual es algo común con la guía de asombros. También lo es -dice Valentina Rojas Loa- “la reivindicación de cómo los habitantes enfrentan las problemáticas de su ciudad. Creemos que es muy importante que se tenga contacto directo con la gente involucrada en ese problema. Creemos también que la ciudad se construye en los espacios públicos. Las ciudades se han vuelto mucho centros de consumo donde todo lo que haces está relacionado con qué te compras, por qué servicio pagas. Nosotros creemos que la ciudad se puede construir en los lugares en donde la distinta gente puede convivir y no necesariamente estar comprando algo".
“Hemos querido ser honestos con la ciudad y dejarla hablar de sí misma”, dice el urbanista alemán Christian Von Wiessel, otro de los integrantes del equipo Citámbulos.
La exposición en Ciudad de México incluye 26 módulos que forman parte de cinco líneas de un metro de ficción: “Arena México”, “Brechas”, “Contra punto”, “Jungla urbana” y “Desbordamiento”. La guía, en cambio está dividida en seis zonas geográficas, dentro de las cuales se abordan 121 curiosidades. “El número121 lo escogió Ana Álvarez porque es una capicúa, o sea que se lee igual hacia la derecha y hacia la izquierda”, subraya Rojas Loa. Entre esos lugares y hechos insólitos se encuentran, por ejemplo, “Nómadas”, un lugar cerca del centro de México que es una comunidad indígena; el culto a la Santa Muerte y a la Virgen de los Ladrones, creencias sincréticas que muestran la relación estrecha de la religión con la vida cotidiana de los mexicanos, y los baños públicos de la ciudad clasificados con estrellas como en una guía Michelin. No hay prácticamente edificios que remiten al pasado. “Toda esa parte de los monumentos está ausente pero no la Historia, hay un diálogo permanente con los textos históricos”, precisa Ana Álvarez. Todo esto lo presentan los citámbulos con un refrescante sentido del humor. Un humor a menudo bastante negro.
Entrevistados: la filóloga Valentina Rojas Loa, la matemática Ana Álvarez y el urbanista Christian Von Wiessel
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