por José Rosas
Artículo publicado el 28/04/2009 Ultima reactualización 28/04/2009 10:01 TU
Desde entonces, la desnudez en la danza contemporánea aparece o desaparece según las épocas: vuelve cuando hay aspiraciones de libertad y se la utiliza menos cuando triunfa el puritanismo. “El cuerpo desnudo es el mejor vestido para la danza”, parecen decir unánimemente coreógrafos como el belga Jan Fabre, los canadienses Dave St-Pierre y Daniel Léveillé, la estadounidense Maureen Fleming, la brasileña Lia Rodrigues y la española María Ribot, entre otros. En Francia se puede mencionar a Alban Richard, Eléonore Didier, Anna Ventura, Kataline Patkaï y a dos latinoamericanas: Cecilia Bengolea y Jesús Sevari.
“Yo no trabajo con el desnudo como tema sino como medio para hablar de otras cosas. Hoy nos interesa de nuevo la danza libre e Isadora Duncan. Hay como una búsqueda espiritual en la relación de la desnudez con la naturaleza cuyo espíritu se veía muy bien en la danza libre, como separación entre la danza formal y la danza espiritual. En verdad, vestir un cuerpo en escena es muy narrativo y lleva muchos siglos y características de épocas. Nosotros con la desnudez podemos estar en una especie de cuerpo sin época, sin narración. Lleva ideas de libertad, como en Isadora Duncan, pero también de política de la sexualidad, biopolítica, etcétera”, explica la argentina Cecilia Bengolea, quien ha creado Pâquerette (Margarita), con François Chaignaud, obra que viene girando por diversos escenarios europeos.
En el festival Artdanthé de la ciudad de Vanves, en los alrededores de París, el público pudo descubrir Como salir a buscar una estrella con las dos manos ocupadas, última parte de la trilogía Fantasy Brain de la chilena Jesús Sevari. “Si nos ponemos desnudos es porque el cuerpo es solamente el cuerpo y tenemos la sensación de que estamos yendo para atrás como una cosa conservadora que se va cerrando. Los artistas buscan abrir ese espacio que se está cerrando. Sobre el desnudo no nos hemos puesto de acuerdo, es la sociedad la que nos pone de acuerdo”, señala Jesús Sevari. La directora de la compañía Absolutamente, que vive en Francia desde 1998, prosigue: “Los políticos quieren que la gente se encierre y que consuma, nada más. Nosotros queremos que la gente se comunique. Con nuestro espectáculo en Vanves personas que no se habían encontrado nunca, se encontraron.”
Cecilia Bengolea concluye: “Lo que nos atrae, intuitivamente tal vez, es como una excitación, pero no buscamos la provocación sino la distorsión de la mirada sobre el propio cuerpo hasta el punto que va a dislocar la mirada del público sobre su propio cuerpo.”
Entrevistadas: las bailarinas y coreógrafas Cecilia Bengolea (Argentina) y Jesús Sevari (Chile), residentes ambas en Francia.
Realización: Yocasta Gómez
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